Yo (lo reconozco) soy un poco chapado a la antigua. Con esto quiero decir, que siendo fiel a la marca Mercedes, si me compro un Mercedes, me gusta que el motor sea Mercedes, que el diseño sea marcadamente alemán, y que el coche esté hecho en Alemania. De hecho, si ahora me comprase un Mercedes y supiera que está hecho en Estados Unidos, o en España, me lo pensaría.
Quizá en los tiempos que vivimos, estas exigencias sean ya un poco desfasadas, y quizá por eso, el otro coche que tengo es un Mercedes del año 89, hecho en Alemania, por manos alemanas, y que no cambiaré jamás, mientras funcione.
En cuanto a los Smarts, bueno, acabo de comprar un F2 del 2006, con motor Mercedes, lo cual me da cierta sensación de autenticidad.
No dudo que Mitsubishi hace motores increíbles. Lo tienen demostrado. De hecho, los japoneses suelen ser los únicos que garantizan sus productos mucho más allá de lo que exige la ley, cosa que, para mí, les prestigia sobremanera. Por poner un ejemplo, Toyota garantiza el Prius durante 6 años. Imaginad si estarán seguros de lo que fabrican. A ver qué marca le echa esos bemoles. Desde luego, Mercedes no lo hace.
Entonces, no obstante, soy cabezón en ese sentido. Me gusta que un coche con denominación de origen, tenga (al menos en el corazón) realmente ese origen. Que los Mercedes y Smarts sean alemanes. Que los Mitsubishi sean japoneses y no chinos, y que los Dodge sean americanos, no europeos.
Y el jamón, ibérico. Por supuesto.
Un abrazo.