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La triste historia del Roady abandonado


Polux

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Os voy a contar la triste historia del Roady abandonado. Para los más sensibles, os recomiendo que preparéis pañuelos. Para los insensibles, pasad por la sección del Cajón de las Fotos Roadster y pensad que le podría pasar a cualquiera de ellos.

Es una desgarradora historia real, en la que me he tomado algunas licencias...

Era una calida tarde veraniega. Paseaba por las calles de mi barrio bajo el abrasador astro rey, cuando algo de deslumbró. No, no era el mismísimo Sol reflejado en algún retrovisor. No. Era algo con mucho más luz: Un flamante Smart Roadster Coupé. Rojo azabache (sé que "azabache" es para el color negro, pero me apetecía usarlo), tridión plata y llantas trackline. Estaba estacionado frente a mí. Luciendo sus encantos. Mostrando su poderío. Haciendo más bello este mundo cruel.

Los viandantes se detenían a admirarlo, mientras los deportivos clásicos -más caros y potentes pero con menos personalidad- le dirigían miradas de envidia.

Al pasar junto a él se dirigió a mí y me dijo.

-¡Eh, tú, atractivo e inteligente a primera vista joven! ¿A que molo?

-¡Molas mazo, perspicaz biplaza! -le contesté al sincero turismo.

-¡Pues tira, que a partir del minuto cobro por mirar!

-Eres un poco chulito, Smart Roadster Coupé -le reproché.

-Lo sé, pero como molo mazo, me lo puedo permitir. Por cierto -añadió-, mis admiradores me pueden llamar Smart Roadster.

-Adiós, Smart Roadster -le dije, despidiéndome con la mano.

-Adiós, majo -se despidió, abriendo y cerrando la puerta.

Una semana más tarde volví a pasar por la misma calle y, ¡cuál fue mi sorpresa al volver a encontrarme a mi amigo! Pero, había algo extraño. La gente ya no le miraba. Los TT y Z3 le ignoraban. Una capa de polvo le cubría y basura bajo sus ruedas indicaba que no se había movido desde nuestro encuentro.

-¿Qué tal, majo? -me preguntó.

-Regular, Smart Roadster -le contesté-, no consigo pegar la pegatina protectora de la pantalla dell movil.

-¿Te quedan burbujas? -se interesó.

-Mazo.

-¿Es un Iphone? -indagó.

-Sí

-Pues tiraló, que seguro que está roto.

-Pediré una segunda opinión, Smart Roadster, pero gracias por tu interés.

-Adiós, majo -se despidió.

-Adiós, deseado biplaza -me despedí.

Otra semana más tarde me volví a encontrar en el mismo sitio a mi amigo y consejero. Tenía más polvo que la última vez.

-¡Ey, tú! -me dijo.

-¡Pues anda que tú! -le contesté.

-¿Qué pasó con el móvil?

-¿Todavía te acuerdas? Eres el mejor, Smart Roadster, pero de móviles no tienes demasiada idea. Compré otra pegatina y la puse.

-¿Te quedó bien? -indagó, suspicaz.

-No te puedo ocultar nada, Smart Roadster -le confesé, frustrado-. Me ha quedado como el culo.

-Lo sabía.

-Eres muy listo -le alabé.

-Es que soy "smart" -respondió-. Por cierto, ¿me ves más gordito?

-Hombre, sabes que no te puedo mentir.

-No sigas, por favor -me pidió.

-Pero eres igualmente aerodinámico, Smart Roadster.

-Siempre sabes qué decir, majo -y me dedicó una sonrisa.

Tras despedirnos moviendo nuestras extremidades y puertas respectivamente, disimulé y me dirigí al taller que estaba frente a mi amigo.

Supuse que al llevar tanto tiempo parado, tal vez estaba a la venta. Pregunté al mecánico y me dijo que no se vendía. Que la dueña no tenía dinero para repararlo. ¡Pero no nos dimos cuenta de que Smart Roadster Coupé estaba escuchando!

-¡NOOOOOOOOOOO! -gritó-. ¡¡Me dijo que iba a por unas alfombrillas de imitación de aluminio y a por una pegatina del foro!!

Yo traté de consolarlo, pero las lágrimas asomaron en mis ojos ante tan desgarradora situación, y corrí lo más lejos que pude -más o menos veinte metros, que ya no tenemos edad-.

No quise volver a pasar por aquella calle. El dolor era una infranqueable barrera a la que no era capaz de enfrentarme.

Hoy, tres meses después, he sido capaz de volver a aquel lugar. El que antaño fuese mi amigo se dedica a pedir cigarros y dinero para un brick de preparado para motor alto en alcohol. Otros tres vagabundos lo acompañan y hablan, ebrios de vino y aceite de motor, sobre pegatinas de móviles.

¡¡OH, CRUEL DUEÑA, TENÍA UNA VIDA POR DELANTE Y TÚ LA HAS ARRUINADO!! ¡¡ÉL NUNCA LO HARÍA!! ¡¡TEN UN GESTO DE MÍNIMA PIEDAD Y PONLE A LA VENTA A BUEN PRECIO (no más de 3000€, por ejemplo) PARA QUE UN ALMA CÁNDIDA LE DÉ TODO LO QUE SE MERECE!!!

Se me ha ido un poco la pinza, ¿verdad?... :confused1:

¿Lo publico? Venga va...

"ENVIAR"

Editado por Polux
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Terrorifica historia contais señor torpe ponedor de protectores I-poniles.

Desgarradora donde las haya, ese dolor bien narrado del momento cruel de la verdad revelada, oculta para el protagonista... oh, dolor del alma.

Es una moraleja interesante, si metes las narices donde no debes, causas dolor.

:lol: Muy buena ;)

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Jajaja,que bueno, yo te puedo contar una historia similar de un roadster al que el dueño no tenía solvencia para arreglarlo y le busco un garaje privado y estuvo allí durante un año acordándose todos los días de su pequeño amigo, pues no podía verle xq estaban a mas de mil kilómetros hasta que reuní toda la pasta y pude pagar la reparación. Ahora curveamos juntos siempre que podemos aprovechando la mínima excusa. Saludos.

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¡¡Jejeje!!

La verdad es que el coche está aparcado realmente desde hace tres meses en el mismo sitio. Y también es cierto que pregunté en el taller de enfrente y lo que me respondieron. Lo único que he exagerado era la forma en la que el Roady se despedía de mí moviendo la puerta :laugh:

Muchas gracias por la buena acogida que ha tenido mi relato. Ha sido un humilde homenaje a todos aquellos vehículos a los que tristemente cercenan la vida, mandándolos prematuramente al desguace. Esos entes inertes, pero al mismo tiempo llenos de vitalidad, y que han acompañado a una o varias personas en el largo camino de la existencia. Esas viejas glorias que un día fueron el orgullo de sus conductores y que son abandonados a su suerte en la frialdad de las calles, quedando condenados a una eternidad como chatarra reciclada.

A todos ellos les dedico estas líneas, y de nuevo os doy a vosotros las gracias por disfrutarlas.

Pero también voy a aprovechar para pediros una cosa: ¡¡Por favor, que alguien me diga el truco para pegar la puñetera pegatina en la pantalla del móvil...!!

:001_huh:

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Para la pegatina.

Asegúrate que está limpia la pantalla. Humedece el plastico con un poco de agua y jabon y colocala gentil y suavemente para poder eliminar burbujas y encuadrarla. Deja secar, y voila.

Si no quieres mojar con jabon, una vez que esté colocado el protector, utiliza una tarjeta de credito para ir moviendo las burbujitas hacia las esquinas. Mano de santo.

Un saludo!

Pd: y no solo son abandonados en la calle tambien en garajes. . .

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